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honrar lo ha por ello, ca la pro suya es, et el decidor non ha y pro ninguna, e a las veces viene dello daño. Et vos, rey, señor, sedes de grant seso e de buen consejo, et yo vos diré cosa que vos pesará. Et fío por vuestro saber en vos yo consejar e vos amar maguer me dice mi alma que non me creeredes. Mas cuando yo me remiembre que las nuestras almas de todas las bestias son colgadas de la vuestra, non puede ser que non faga lo que debo, maguer non me lo preguntedes et maguer me yo tema que non me lo creades. Ca dicen que el que non desengaña al rey de su daño, e el que encubre a los físicos su enfermedat e a los amigos su facienda, a sí mismo engaña.» Dijo el león: «¿Qué es eso?» Dijo Dimna: «Díjome el fiel verdadero que Senceba se apartó con los cabdillos de tus vasallos, e que les dijo: «Yo he estado en compañía del león, e probé su consejo e su valentía, e vi que era flaco, et ya hobimos entre él e yo palabras.» Et pues que esto me dijeron, entendí que era traidor e falso; ca lo honraste tú, e lo privaste, e lo feciste tu egual. E si a ti tollere de tu lugar, a él darán el reinado; onde non debes dejar esto; ca dicen que cuando el rey sabe que algunos de sus pueblos se quieren facer sus iguales en consejo, e en dignidat, e haber compaña, mátelos, o sin non, ellos matarán a él. «Et yo tengo por bien que guises de escarmentar éste ante que se apodere, e non lo detardes, ca después non podrás acorrer nin podríes vedar lo que es ende ya fecho. E dicen que los homnes son de tres guisas: el uno es enviso, e el otro es delibre, e el otro es perezoso. E el delibre es aquel que si le acaesce alguna tribulación non desmaya, nin pierde el corazón, mas entremétese en arte e seso e buen engeño con que espere de salir e de estorcer de aquello en que es caído; et el enviso es mejor, e de mejor consejo que se apercibe de las cosas ante que le acaescan, e escoge dellas lo que debe con buen consejo, e quebranta la malicia ante que le venga, e taja el miedo ante que él acaesca; et el perezoso es aquel que es tardinero en su fazienda, que siempre está en seguranzas mintrosas fasta que le acaesce la tribulación e peresce. Et el ejemplo déste es tal como de las tres truchas.» Dijo el león: «E ¿cómo fue eso?» Las tres Dijo Dimna: «Dicen que había en un piélago tres truchas truchas, e la una había nombre Anvisa, e la otra Delibre, e la otra Perezosa, et vevían en un piélago muy apartado que ninguno non lo sabía. «Et acaesció que pasaron por allí un día dos pescadores, e aplazaron de tornar a ellas e echar allí sus redes, et ellas viéronlos. El anvisa cuando los vio, sospechólos, et hóboles grant miedo, e trabajóse de usar de su envisidat, e sallóse luego del lugar por do entraba el agua al piélago. E la delibre estúdose en su lugar fasta que se ellos tornaron. Et cuando vio que eran tornados, e que habían cercado la entrada del piélago, entendió lo que querían facer. Et dijo en su corazón. «Non fiz lo que debía. Esta es la cima del que non faz lo que debe. ¿Cómo me delibraré agora estando desta guisa? Et pocas veces estuerce por arte el que está en peligro de muerte; empero el entendido non se desespere en ninguna guisa, nin deje de facer su seso e trabajarse en estorcer». Et fízose muerta, e comenzó de nadar sobre el agua el papo arriba, e ellos tomáranla en cuenta de muerta, e pusiéronla entierra non muy lueñe del agua, e ella saltó, e metióse y, e estorció dellos. Et la perezosa non quedó de ir delante e atrás fasta que la pescaron. Et yo, señor, dóte por consejo de ser anviso». Dijo el león: «Entendido he lo que dejiste, mas non cuido que Senceba me buscase mal, conosciéndome por leal, e faciéndole yo bien, et honrándolo». Dijo Dimna: «Non gelo fará facer si non el grant bien que le tú feciste, e por que non dejaste bien que le non ficieses, ni grant dignidat a que le non pujases, así que le non fincó cosa a que ya puje, nin que espere haber, si non tu lugar. Ca el homne vil, desconocido, siempre es leal e provechoso, fasta que le alcen a la medida que non meresce; et cuando esto ha fecho, busca más alto lugar con engaño e con falsedat. Ca el homne falso, vil, non sirve al rey, nin le es leal siervo si non por miedo que ha dél o por que lo ha menester. Et pues que es ya enriquecido e seguro, torna a su raíz o a su sustancia; así como la cola del can, que mientra que está atado tienela derecha e cuando lo desatan tórnase como era, corva tuerta. Et sepas, señor, que el que non cree a sus leales vasallos, e ficiese más de lo que ellos tienen por bien, non llegará a cima de su consejo, et será tal como el enfermo que deja lo que le dice el físico, e toma lo que ha sabor. «Et el privado del rey debe consejarle, lo más lealmente que pudiere, lo que le estará bien, e lo que fará pro, e débele redrar su mal; ca el mejor de los amigos es el que más lealmente conseja a su amigo, et el mejor de los fechos es aquel que ha mejor cima, et la mejor de las mugeres es la que es avenida con su marido, e la mejor fama es la que se dice por boca de los buenos, et el más noble rey es aquel que non es rabinoso nin acedado, et el mejor de los ricos es el que non es siervo de la cobdicia, et el mejor compañero es aquel que non contradice, et la mejor de las costumbres es aquella que más ayuda a temer a Dios. Et dicen que si algunt homne ficiese cama de las víboras, por mayor folgura lo habería que non temerse del enemigo que amanesce e anochesce con él. Et el más perezoso rey es aquel que se da a vagares cuando le viene la cuita; et el que más semeja al elefante joven es aquel que non torna cabeza por ninguna cosa que haya de pesar, nin la tiene en nada e se deja de facer su pro, e echa la culpa a su privado». Dijo el león: «Broznamente me has fablado, et esto debe ser sofrido al leal consejero. Et si Senceba fuese mi enemigo como tú dices, non me podría mal facer; e ¿cómo lo podría facer? Ca él come yerba e yo como carne, et él es mi comer e yo non só suyo. Et non me semeja qué daño nin pesar me venga dél, nin fallo carrera a facerle traición después que le he atreguado e honrado, e he dél dicho muy grant bien a los mayorales de mi corte. Et si esto yo mudare será grant vergüenza e grand torpedad de mí et faría grant traición.» Dijo Dimna: «Non seas engañado en decir mi comer es; ca Senceba, si te non pudiere facer traición e mal por sí, guisaría de te lo facer por otri. Et dicen: «Si posare contigo algunt huésped una hora del día, e tú non conoscieres sus costumbres, non te segures dél; et guárdate, non te venga por él lo que avino al piojo por hospedar a la pulga.» Dijo el león: «¿Cómo fue eso?» El piojo y la Dijo Dimna: «Dicen que un piojo estaba muy vicioso en pulga un lecho de un rico homne, et había de su sangre cada día cuanta quería, et andaba sobre él muy suavemente, que lo non sentía él. Desí fue así fasta que le demandó una pulga una noche hospedadgo, e él hospedóla, et díjole: «Albergad comigo esta noche en sabrosa sangre e mollido lecho.» Et la pulga fizo lo así, e albergóse con él. Et en echándose el homne en su lecho mordióle la pulga muy mal, et él sentiólo e levantóse del lecho e mandó sacodir su sábana, e catar si había alguna cosa; e saltó la pulga, e estorció a una
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